En un lugar del mundo de cuya igualdad no quiero acordarme…

Acordarnos de que la igualdad no es real, aunque sí formal, esto es lo que nos ha pasado a muchas mujeres en este atropello de pandemia que estamos viviendo, sobre todo entre los meses de marzo a junio de 2020, donde el marcador se puso en:

TELETRABAJO PANDÉMICO 100 CONCILIACIÓN 0

Y muchas de las personas que me leen pensarán; “pues tú no eres madre bonita…” y es verdad, os ha tocado la porción más desagradecida del teletrabajo pandémico y si no, que se lo digan a la Asociación Yo No Renuncio, del Club de Malasmadres que alertan de que casi una de cada cuatro mujeres (22%) ha renunciado a todo o parte de su trabajo durante el último año para cuidar de sus hijos e hijas. Ellas han creado un manifiesto #EstoNoEsConciliar con 4 medidas que si quieres puedes leer y firmar aquí.

Conciliar no es teletrabajar en la mesa de la cocina, del salón o donde nos pille mejor, venga vamos a la raíz, vamos al significado de teletrabajar según el RDL 28/2020, de 22 de septiembre;

Se conoce como teletrabajo el trabajo a distancia llevado a cabo mediante el uso exclusivo o prevalente de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación. ¿Dónde dice que está más indicado para mujeres? ¿Dónde me dejáis el uso de los espacios y la capacidad de movilidad? En este artículo; Los hombres en el despacho y las mujeres en la mesa del salón: cómo el teletrabajo ha evidenciado la desigualdad podréis indagar un poco más.

Pues ya está aquí un #8M más, con una desigualdad más y una nueva reivindicación más, que ha dado la cara en ese caótico 2020 y lo que llevamos de 2021,  y es que la calidad de vida de las mujeres ha disminuido, todo esto sin mencionar otras cuestiones como el aumento de la brecha de género, tema del que hablo en el artículo EL FUEGO ORIGEN #8MConTalento.

Y es que son muchos los frentes abiertos pero de los que más me preocupan son aquellos que van impregnados de desconocimiento, porque éste provoca rechazo, malinterpretaciones y discursos errantes que corren más rápido que la pólvora, algo idóneo, dicho sea de paso, para oportunistas, más ignorantes aún, que causan más rechazo aún, y la bola no deja de crecer!!!!

Por eso cada vez que una persona entiende y asimila el feminismo como la corriente que aboga por la igualdad entre mujeres y hombres y comienza a sumar con las gafitas de género puestas, para mí es como si me encontrara con un unicornio alado que me lleva volando como mínimo a las Azores, que con las ganas que tengo de viajar es como si me llevara a Nueva Zelanda!!!!

Más de una vez he admitido mi agotamiento en esta Ilíada de la igualdad, a veces he bajado las manos e incluso me he mantenido como mera observadora creyente y practicante en lo justo, pero también admito que en estos más de 25 años que llevo de feminismo consciente, porque estoy segura de que siempre lo he sido pero no lo sabía, he aprendido a racionar mis fuerzas, enfocar bien y nunca, nunca perder de vista mis orígenes.

Mis orígenes fueron en una cocina pilotada por mi abuela, con mi madre como copilota y toda una tropa de mujeres poderosas que en torno a un buen puchero se sostenían y se empoderaban para continuar, en la mayoría de ocasiones, con una vida carente de libertad.

Recuerdo mis mañanas sentada entre tanto puchero y tantas mujeres a las que admiraba y rechazaba a partes iguales, sí las admiraba porque veía en ellas conocimientos, sororidad, fuerza, valentía, coraje,… pero las rechazaba porque todo eso, a veces, lo utilizaban para aguantar, aguantar desigualdades, discriminaciones y rechazos.

Ahí aprendí que no quería ser una “aguantona”, aun así, lo he sido en más de una ocasión… aquí entra nuestra codificación cultural y social, que nos marca de por vida y a la que debemos atar en corto, vigilar de cerca y evitar perpetuar tanto en mujeres como en hombres.

Insisto, esto no se trata de poder solas con todo!! Si os sumáis, sí, tú hombre que lees, también me montaré en mi unicornio alado para las Azores, porque no hay cosa que me motive más que ver movimientos como el de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género.

Bueno gente guapa!! Que un año más, por eso de darle visibilidad al día, me pongo mis medias moradas y mi pañuelo de lunares para estar más flamenca y alegre y romper fronteras, por ejemplo ese del teletrabajo pandémico. Sí, las piernas de la foto son las mías 😉

Aquí os dejo la canción mujer frontera

Un abrazo bien apretao gente guapa!!!

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