¿Economizas tu atención? ¿Padeces infoxicación o asfinfoxicación? ¿Prosumes y/o consumes?

En primer lugar, confesar que estoy redactando esta entrada escuchando música, correo electrónico abierto, tres perfiles profesionales de RRSS activos y el teléfono al lado. Dicho esto, queda claro que la infoxicación, está presente en mi vida, en ocasiones incluso me sacaría de la manga el término, asfinfoxicación, pues es tanta la información que recibo a un ritmo tan vertiginoso, que en muchas ocasiones me resulta muy complicado gestionarla y corro el riesgo de asfixia por exceso de información 😉

Dicen que diariamente recibimos una media de 3.000 impactos de información y Dunbar apunta que el ser humano no está preparado para relacionarse plenamente con más de 148/150 personas, que la hipermedia hace que nuestra lectura no sea lineal, que el condicionamiento operante y el continuo motivacional nos puede crear adicción a las RRSS y que las tecnologías persuasivas, diseñadas con el objetivo de modificar los comportamientos o actitudes de los usuarios a través de su uso, tienen la capacidad de captar un gran porcentaje de nuestra atención y por ende de nuestro tiempo.

Y ahora… ¿qué hacemos con todo esto a la hora de sacarle rentabilidad laboral? Sabemos que lo recomendable es estar en RRSS, manejar información, crear redes, reciclarnos, consumir y también prosumir, pero estar conlleva un riesgo, entrar en bucle y vivir el día de la marmota, todo el tiempo repitiendo…

Espera, espera, espera ahora que me toca, ¿hice esto? ¡Anda! que me he liado y al final…

Hablando de hipermedia e infoxicación 😉 aquí dejo enlace a la infografía de la semana pasadaDarwinismo laboral a nado en la que mezclo un par de conceptos íntimamente relacionados con todo esto, dejo también el artículo del maestro Bauman que habla de modernidad líquida y que tiene tanto que ver con la modificación de hábitos y formas de relacionarnos en la sociedad actual, ¿Qué es la modernidad líquida? Bauman

La cosa ha cambiado, mucho, y como no cambiemos y no nos adaptemos con herramientas que nos sirvan para mantenernos en el mercado de una forma adecuada y sana vamos a acabar como una regadera. En mi caso la forma de gestionar la información y organizar mi tiempo ha cambiado radicalmente, y ahora mismo mi herramienta estrella es hacer una programación y planificación estratégica clara, concisa y concreta, bien estructurada y con objetivos claros, en caso contrario la productividad se vería abocada al fracaso, a estar todo el día diciendo; ¡uy, uy, uy! fundamental practicar continuamente la asertividad, saber decir “NO”, no, a las cosas y a las personas, muchas veces, «NO» a nostro@s mism@s.

La inmediatez y la disponibilidad que nos brindan las nuevas tecnologías ha cambiado nuestros esquemas mentales y con ellos nuestros comportamientos sociales,

 ¿Cuántas veces sin leer compartimos, comentamos o recomendamos un contenido por la reputación digital que le asignamos a la persona que lo pone en circulación?  Personas que la mayoría de las veces no conocemos personalmente.

¿Os ha pasado alguna vez que habéis hecho esto y cuando revisáis el contenido os habéis llevado las manos a la cabeza? ¡SLOW!

Buscamos en muchas ocasiones la reputación digital y trabajar la omnipresente marca personal en la que verdaderamente no estamos invirtiendo el tiempo necesario, si hacemos eso se masca la tragedia…

Como estrategia tengo la nevera, un concepto de GTD, en ella ordeno y almaceno toda aquella información que me ha llamado la atención por algún motivo o que tengo pleno convencimiento de que merece la pena dedicarle un tiempo, así que le hago un hueco en mi día a día, puede ser hoy, mañana, la semana que viene, aquí entra en juego el saber priorizar.

Actualmente la sobrecarga de estímulos, esa media de 3.000 impactos de los que hablábamos al principio, nos puede complicar la existencia y afectar nuestra capacidad de atención plena. Para combatir la economía de la atención, desde mi punto de vista, la clave está en la asertividad, la gestión del tiempo y la planificación estratégica.

A ver, ¿cuant@s habéis llegado hasta aquí? 😉

*La foto está tomada en Penzance, Inglaterra. Un viaje SLOW que supuso un punto de inflexión más en mi vida 😉

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